lunes, 20 de septiembre de 2010

PERO HOY TE VAS

Me dices que me quieres y me adoras,
me escribes lindas cartas de amor
cuando estamos juntos lo demuestras
cuando estamos solos tú te entregas
pero hoy, pero hoy me dices que
te tienes que alejar de mi vida para siempre.

Si dices tantas cosas por qué entonces
no afrontas tú conmigo las tormentas,
tormentas que origen nuestra unión,
tú dices que me quieres pero hoy te vas.

Pero hoy te vas, pero hoy te vas
y solo me vuelvo a quedar,
pero hoy te vas, pero hoy te vas
y mi corazón sin ti muy triste estará.

Pero hoy te vas, pero hoy te vas
y esta herida de amor nunca sanará,
pero hoy te vas, pero hoy te vas
y mi vida sin ti amor pronto acabará.

AUTOR: Danny R.Uceda Flores

GUSTAVO Y LA PAVA ALIBLANCA


En el caserío de San Isidro, cerca de la ciudad de Olmos, al mediodía del año 2002 todo era felicidad. Un gran acontecimiento había sucedido para dicha de dos de los habitantes y en general para toda la comunidad.

Sebastiana, hermosa pava aliblanca de un plumaje negro plomizo y poseedora de unas preciosas alas cortas, había parido a un hermoso polluelo a quien puso por nombre Gustavo.

Gustavo trajo mucha alegría a sus padres, con el correr del tiempo creció y se alimentaba de flores, semillas y sobretodo de mucho agua; por eso le gustaba frecuentar los manantiales y las quebradas con agua permanente. Fue allí donde su padre Juan, quien ya estaba con muchos años encima, le enseñó a volar. Además en aquel lugar conoció a Penélope, una hermosa y tierna pava aliblanca, quien estaba muy triste.
-¿Qué te ocurre?, ¿cuál es el motivo de tu tristeza?- preguntó Gustavo. Penélope- la bella pava aliblanca- le respondió: “lo que sucede es que unas personas asesinaron hace un tiempo a mi padre y no contentos con esto capturaron a mi madre y se la llevaron lejos, ahora dicen que vienen por mí”.

De pronto a Gustavo se le ocurrió una gran idea: ¡Ya sé lo que haremos! Irás a refugiarte al algarrobo donde viven mis padres, así que cuando los cazadores vengan al Hualtaco, tu árbol preferido, no te encontrarán y en su lugar dejaremos plumas blancas y muchas pero muchas plumas negras. Penélope le respondió: ¿Y las plumas a quién le tendremos que sacar? Gustavo la miró, sonrió y le dijo: “No te preocupes, yo lo haré por ti” y así fue.

Al día siguiente como era previsto llegaron los cazadores al Hualtaco, empezaron a observar el árbol y creyendo ver la cabecita de Penélope dispararon. Estuvieron muchas horas en el bosque y no conseguían su propósito, hasta que uno de ellos dijo al otro: ¡Mira son plumas blancas y negras! ¡Noooooo! - exclamó el otro cazador- no puede ser, ya han venido por ella! ¡Qué mala suerte, nos adelantaron! Entonces los cazadores se marcharon tristes y prometieron nunca más regresar. Penélope y Gustavo estaban escondidos en otro árbol y habían escuchado todo esto.

Penélope esta muy feliz, por fin podría disfrutar tranquila y en libertad de su hábitat, de ese bello y encantador hábitat norteño. A todo lo ocurrido Penélope se llegó a enamorar de Gustavo, quien también lo estaba de ella. Así que muy pronto vivieron juntos y tuvieron muchos polluelos con los que compartieron momentos muy felices por siempre.

AUTOR: Danny Uceda Flores

Y AHORA QUÉ



Y ahora…que nuevamente la soledad a mí ha llegado
qué voy a hacer para evitar este dolor que me está causando
el que te hayas alejado de mi vida para siempre.

Y ahora… que nuevamente estoy en el túnel sin salida
que nuevamente la noche es más oscura
dime qué hago para olvidar esta tortura.

Dime qué es lo que puedo hacer
para olvidarme de tu querer
dime cómo puedo sacarte
si aún estás presente en mi corazón.

Dime ahora cómo olvido
los instantes vividos contigo,
las palabras llenas de amor,
los besos,la emoción que tú me hiciste sentir,
dime cómo lo puedo olvidar.

AUTOR: Danny Uceda Flores

viernes, 10 de septiembre de 2010

LA LECCIÓN DEL PLEBEYO

ANTES DE LEER:

¿Sabes a quién se le llamaba plebeyo?


¿Cuál crees que será el contenido del texto?


Había una vez un rey que estaba aburrido y cansado de sus bufones y consejeros, de modo que comenzó a buscar la ansiada alegría en las afueras del palacio.
Se vistió con ropas comunes y salió a recorrer las calles. Muy observador, este rey trataba de captar todo lo que ocurría a su alrededor, Es así que se interna en callejuelas, tabernas y conversa con la plebe.
Ya casi desilusionado encuentra a una persona harapienta con un vaso de agua y un pedazo de pan como único sustento. Comienza a conversar y encuentra en este hombre sabiduría por doquier.
Es así que el rey, una vez que se da a conocer como tal. Lo lleva al palacio dándole el rango de asesor.
El monarca fascinado por sus modales y su forma de expresarse, muy rápidamente le asigna ropa, un cuarto confortable y un papel preponderante en sus decisiones. Los bufones y demás consejeros al verse desplazados comienzan a urdir intrigas para poder expulsar a este “intruso”, pero todas las artimañas son desbaratadas por la ejemplar actitud de este señor, Es así, que buscan por todos los medios encontrarle un punto débil.
Hasta que un día notaron que este plebeyo a las 5 de la tarde ser recluía todos los días en un cuarto apartado del palacio. Los consejeros le hacen notar esto al rey diciéndole: “Hay una conjura. Este plebeyo y otras personas reunidas en secreto lo quieren derrocar”. El rey, que tenía un excelente concepto de él decide no hacerles caso.
Pasan unos días y ante la insistencia, decide en persona ir hasta el otro lado del palacio.
Se aproxima a la puerta y trata de escuchar las voces de los integrantes de la conjura, pero al notar que no se escuchaba nada decide abrir de improviso la puerta.
Grande es su sorpresa cuando lo ve vestido de nuevo con ropas harapientas, tomando su habitual merienda con su vaso de agua y el pan, en un cuarto desprovisto de muebles.
El rey sorprendido le pregunta por qué haces esto si no le falta nada, ni lujosas ropas, ni manjares, ni suntuoso mobiliario. A lo que el plebeyo le responde:
“PARA NO OLVIDARME NUNCA DE DONDE VENGO”